Mandos policiales celebran fiestas con alcohol en la sede de los antidisturbios (UIP)

Fuentes policiales denuncian que mandos de Seguridad Ciudadana y de la UIP celebran desde hace tres años comidas y fiestas en el complejo de Moratalaz

Policía Nacional 22/03/2023 GDH Digital GDH Digital
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Distintos mandos de la Comisaría General de Seguridad Ciudadana y de la Jefatura de las Unidades de Intervención Policial (UIP), los antidisturbios, vienen celebrando desde hace al menos tres años fiestas en la sede central de estos últimos, en el complejo policial de Moratalaz, en Madrid, según revelan fuentes policiales a THE OBJECTIVE.

Estas fuentes sitúan el inicio de estos encuentros en marzo de 2020, durante el confinamiento por la pandemia del coronavirus. La época en la que los españoles no podían salir de su domicilio ni realizar ningún desplazamiento salvo causa de fuerza mayor debido al estado de alarma decretado por el Gobierno.

Valiéndose de su posición entonces, los responsables policiales se citaban todos los viernes en el citado complejo, en la madrileña calle de La Tacona, para comer en una de las salas de la primera planta de la sede de las UIP. Veladas, aseguran las fuentes policiales, que se alargaban horas y en las que abundaba el consumo de alcohol de todo tipo. «Todo dependía de cómo se desarrollara la fiesta, unas veces se iban a las 5 de la tarde, en otras ocasiones se iban a medianoche…», revelan.

No obstante, lo que comenzó siendo una excepción, del todo irregular en pleno confinamiento, terminó por convertirse en una costumbre para estos policías. Tanto es así que las fiestas siguen celebrándose cada viernes en la jefatura de los antidisturbios y los mandos incluso han perfeccionado la organización de los encuentros, según muestran los vídeos a los que ha tenido acceso este diario.

En los mismos se advierte siempre una misma estancia, en las dependencias centrales de la UIP, que los organizadores han acondicionado con una gran mesa y distintas sillas, y donde se prepara la comida y posteriormente continua el festejo. Presidida por un retrato de Felipe VI en la pared frontal, a los lados se advierten vitrinas con numerosas banderas y distintas condecoraciones, así como cuadros y lienzos de temática policial.

Servidos por los agentes

En las imágenes, grabadas en dos encuentros distintos en el complejo de Moratalaz, se observa a distintos hombres, todos ellos mandos de alto rango o responsables de las unidades de la UIP, según acreditan fuentes policiales, que se arremolinan en torno a la mesa. Sobre ella, en uno de los vídeos, se ven platos de comida, así como bebidas alcohólicas, vino y cerveza, mientras charlan entre ellos. En otro, aún con el tablero vacío, se advierte cómo agentes cocinan con fuego vivo en el interior de habitación, sin ningún tipo de ventilación ni medida de seguridad.

Estos últimos, en cualquier caso, no son los jefes policiales que disfrutarán más tarde de la comida y la celebración. Se trata de agentes antidisturbios cuya función encomendada para estos ágapes es preparar la comida con una o varias cocinas de gas en esa estancia; servirla a los comensales, es decir, sus superiores; recoger después los platos y demás restos, y limpiar todo lo ensuciado, incluida la vajilla. En otras palabras, su trabajo, lejos de los cometidos de un agente de la UIP, es ser cocinero, camarero y servicio de limpieza.

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Algunas de las botellas de alcohol que los mandos compran para las fiestas, en una despensa de la UIP. | TO

Cocina ‘fantasma’

Según revela THE OBJECTIVE este miércoles, la jefatura de las UIP también alberga desde hace al menos tres décadas un restaurante ilegal en un sótano. Sin licencia de actividad ni cumplir ningún requerimiento higiénico-sanitario o de seguridad, siete agentes, también antidisturbios, trabajan en una cocina ‘fantasma’ preparando menús a diario por cinco euros para sus compañeros y jefes. Los mismos funcionarios que los mandos requieren también para sus comidas todos los viernes en la primera planta.  

Un establecimiento que funciona al margen de la ley, y que ha gestionado siempre directamente el comisario jefe de las Unidades de Intervención Policial (UIP), en este caso, Francisco López Gordo. Los agentes ‘cocineros’ entregan cada día la recaudación a la jefatura, y esta se encarga después de comprar todos los alimentos y bebidas para el ‘restaurante’ en función de la demanda.

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Los agentes cocinan en el interior de la sala donde celebran después el festejo. | TO

‘Agujero’ de 3.000 euros

El beneficio de este negocio ilícito siempre se había empleado para costear un ágape para todos los antidisturbios en la celebración del día de la Policía Nacional, cada 2 de octubre. En la última época, sin embargo, los mandos, según denuncian las mismas fuentes, han utilizado la recaudación del restaurante ilegal para comprar la comida y el alcohol de las fiestas que celebran cada viernes.

Dependiendo de la ocasión y de los asistentes, tal como han señalado las fuentes, los encuentros festivos entre los jefes policiales se han alargado durante varias horas. Tras la comida, en la que beben vino y cerveza, los presentes pasaban a beber copas. «Ellos se compraban también botellas de alcohol, todas son de los mandos, en el restaurante de abajo no se venden este tipo de consumiciones», explican.

Una «mala gestión», critican, que ha creado un ‘agujero’ de 3.000 euros. Al percatarse de esto la jefatura de la UIP ha acusado a los agentes de robar el dinero y los ha expulsado de la cocina. La Dirección General de la Policía ha abierto a los siete policías una información reservada por estos hechos, el paso previo a ser investigados y posteriormente, si procede o no, ser sancionados. Mientras tanto, el jefe de los antidisturbios ha decidido subir a 5,35 euros el precio de los menús que se sirven para que el restaurante vuelva a funcionar.

Reglamento de la Policía

El reglamento de régimen disciplinario de la Policía Nacional no prohíbe a los agentes el consumo de alcohol estando de servicio. La prohibición respecto al consumo de bebidas alcohólicas, según reza la norma de 2010 que actualizó a la de 1989, es la prestar servicio estando bajos los «efectos manifiestos» de las mismas, y que supondría una falta muy grave para el funcionario. En cualquier caso, esta ley no establece cuál es la tasa de alcohol máxima permitida para el policía.

THE OBJECTIVE se ha puesto en contacto con la Dirección General de la Policía para recabar su versión sobre estos hechos. Fuentes de este departamento niegan que se hayan producido fiestas en la sede de la Unidad de Intervención Policial (UIP), sin dar más detalles al respecto.

Fuente original: "TheObjective"

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