
La Guardia Civil dispara en las piernas a un hombre que se abalanzó con un cuchillo sobre un agente en Castellón
La Benemérita recibió el aviso de que una persona "muy alterada" se encontraba rompiendo botellas en un local.
Los responsables del Montparnasse, que abrió sus puertas durante treinta años en A Goulla, llevaban un año sin pagar el alquiler del local
Guardia Civil 16/05/2022Hace ahora un año, el perfil de Facebook del club Montparnasse, probablemente el más antiguo de los locales de alterne que continuaban funcionando en O Salnés, anunciaba la reapertura en Godos de otro establecimiento al que tampoco le falta solera en lo suyo. Aquella fue su última publicación. Desde entonces, sus responsables dejaron de pagar el alquiler que les permitía utilizar el número 9 de la recta de A Goulla, en Meis, como escenario de un negocio que siempre ha estado en el punto de mira por sus nada disimuladas actividades relacionadas con la prostitución.
Si alguien alberga alguna duda sobre lo que se hacía allí dentro, puede despejarla consultando la condena judicial que lo acreditó en junio del 2017. Esta semana, tras meses de abandono, el establecimiento fue desahuciado formalmente por la Guardia Civil, a requerimiento de los juzgados de Cambados, donde los actuales propietarios de la vivienda habían denunciado los impagos reiterados. Así quedó liquidado de forma definitiva el sórdido símbolo de toda una época.
Lo que los funcionarios judiciales y los agentes que los asistían se encontraron en A Goulla fue el cascarón vacío del célebre club de alterne. Una edificación de dos plantas, ático y sótano a la que es difícil encontrar un punto de simetría que proporcione, al menos, un cierto sosiego arquitectónico a quien la contempla. La casa no es bonita, precisamente, aunque el cartel en algún tiempo luminoso que anuncia a bombo y platillo su presencia, desde la carretera que comunica Vilagarcía con Pontevedra, hiciese presagiar otra cosa. Alguna ventana desvencijada y, por lo visto, escaso mobiliario. Eso sí, el prostíbulo ha dejado, en su naufragio, ciertos restos en su entorno que cualquiera puede observar a poco que se deje caer por allí. Junto a la entrada principal, un catre desfondado resume mejor que muchos párrafos de tinta sobre papel lo que sucedía en el interior. En la parte posterior, dos colchones a los que les falta poco para verse destripados, una nevera y un arcón congelador con pinta de no saber lo que es un enchufe desde hace meses. Una botella vacía de licor café Hijoputa, embotellado y distribuido desde Portugal, y, no muy lejos, una caja repleta de cascos de cerveza, de esa que invita a pensar en verde.
La carta de precios resiste en un tablón junto al aforo del tugurio, 51 personas, e informa a los curiosos sobre algunos tópicos del mundillo. La botella de cava costaba 60 euros, 30 el benjamín, y un whisky que superase la garrafa andaba por los 15.
La alcaldesa de Meis, la socialista Marta Giráldez, abogada, no disimula su satisfacción por la desaparición del Montparnasse: «Revisamos a fondo as licencias deste e outros establecementos, normalmente de café bar, pero era moi complicado anulalas; agora xa está». Si la sensación no es completa es porque otros locales siguen en la brecha. Y por la convicción de que el negocio, en realidad, continúa funcionando bajo otro nombre en otro lugar.
De la condena por prostitución a la churrascada en toples frustrada
Nunca falta quien celebre a su manera la larga serie de tópicos que sobrevuelan cualquier prostíbulo. Desde el aire canalla a los neones rojos, pasando por las copas a deshora, las noches interminables y las confesiones a media luz y catre entero sobre las cicatrices de una vida dura. Y es cierto que si algo no faltaba en el Montparnasse eran historias. De redadas de madrugada, muchas veces en busca de mujeres sin papeles, o del individuo aquel al que un pariente suyo sorprendió de juerga con su dinero y su cocaína al regreso de una estancia de varios meses en Sudamérica, y acabó huyendo, desnudo y encadenado, por los maizales de Meis. Pero, en realidad, lo que encierra un club como este es la sórdida explotación sexual de unos seres humanos a manos de otros.
El cierre del negocio comenzó a fraguarse en el 2016, cuando su gerente, Carlos V. S., fue condenado a dos años y medio de prisión por un delito contra los derechos de los trabajadores. No había dado de alta a nueve mujeres, y una décima ni siquiera poseía permiso de residencia en España. Un año más tarde, nueva sentencia. Él mismo, junto a María Susana S. E., aceptó en junio del 2017 otra condena por un delito de inmigración ilegal y otro de trata de personas en concurso ideal con un delito de prostitución coactiva, que también cayó sobre la tercera pata de aquel banco, Arturo Manuel G. L. Tres años después, negó tener algo que ver con la churrascada en toples que el Montparnasse había anunciado en su terraza y el Concello de Meis logró atajar. Esto es lo que hay de verdad. El resto son canciones de Sabina.
La Benemérita recibió el aviso de que una persona "muy alterada" se encontraba rompiendo botellas en un local.
La denuncia es por supuestos delitos de calumnia en sus comentarios sobre la intervención del Grupo Especial de Actividades Subacuáticas (GEAS) de la Guardia Civil en el rescate de 11 migrantes de una patera
El asesino se declara insolvente y el gobierno socialista se desentiende de la indemnización que corresponde a la viuda e hijos del agente
La Asociación Española de Guardias Civiles denuncia una nueva agresión a un agente del Cuerpo
Piden también que se extienda la responsabilidad a la Delegada del Gobierno en Cantabria y al teniente general, mando de operaciones de la Guardia Civil
Plataforma per la Llengua acusa al agente de la Benemérita de obstaculizar la entrada de un ciudadano al Registro Civil de Elda por emplear el valenciano
Se dijo que Encarnación había muerto en un accidente de tráfico en Motril en mayo y que 12 horas después, su marido, se quitó la vida porque no podía vivir sin ella: mentira
El ofensivo cartel usa de forma ilícita la imagen de dos guardias civiles mujeres para promocionar un festival
Participa en nuestra encuesta
El guardia civil detuvo a ambos jóvenes y los entregó a una patrulla de Policía Local
Las competencias en materia de tráfico se encuentran atribuidas en España a la Guardia Civil, aunque existen casos en los que se han transferido a policías locales o autonómicas, como en Cataluña o el País Vasco.
Los agentes arrestaron al conductor, un hombre de 51 años con antecedentes por tráfico de drogas
Felipe VI sopesa, por primera vez, no nominar al presidente en funciones para formar Gobierno.
La Policía Local de Elche ha detenido a una mujer de 50 años por una supuesta agresión a su marido «porque no tiraba de la cadena del váter»
Pretendía beneficiarse de la discriminación positiva hacia la mujer para ascender a subteniente
Plataforma per la Llengua acusa al agente de la Benemérita de obstaculizar la entrada de un ciudadano al Registro Civil de Elda por emplear el valenciano
La funcionaria de la Policía Nacional sufrió un traumatismo craneoencefálico de carácter grave
Los hechos han ocurrido este domingo, cuando varios policías locales y guardias civiles han intervenido para disolver un altercado en el recinto ferial.