Así se construyen los héroes de cuatro patas de la Guardia Civil

Estupendo reportaje realizado por el diario "VozPopuli".

Estos superperros pasan un casting para su selección que la mayoría de los humanos nunca aprobaríamos. Bajo su apariencia canina hay una combinación del honor de Germán Areta, la astucia de Sherlock Holmes y las capacidades técnicas del CSI. Un perro de la Guardia Civil puede detectar con el olfato hasta a un narcoléptico -no es broma-. Gracias a ellos se han encontrado los cuerpos de Diana Quer, Marta Calvo, el niño Gabriel, Laura Luelmo y Blanca Fernández Ochoa.

Se trata de la Unidad Cinológica Central, ubicada en el Pardo. Como en una película de Disney, aquello es un ir y venir de perros acompañados de sus guías. Los agentes intercambian chanzas sobre los canes propios y ajenos, en sana camaradería y competitividad.

-"Ese perro es peor que el dueño".

-"Por favor, aparta a ese chucho que pasamos los profesionales".

En la Unidad nos recibe Tony Sánchez, guardia civil guía de perros detectores de explosivos, perteneciente a una larga estirpe de miembros del cuerpo y que pasa más tiempo con cuadrúpedos que con bípedos. "Estoy con ellos porque ya le cogí manía a los humanos", bromea. Junto a él, su inseparable pastor belga Senior, que se está preparando para pasar el examen de Frontex. Se mueve como un robot, sigue cada orden de Tony con total precisión. Sentado, platz (tumbado), fuss (ponerse junto al guía mirándole fijamente)... el perro parece hipnotizado por su guía. Tanto, que pasa olímpicamente de este diario cuando intenta distraerle con diversas tretas mientras está en modo atención con Tony.

"No buscamos una raza determinada de perros, buscamos unos perros con determinadas características. Sí es cierto que hay algunas con las que más trabajamos: pastor belga malinois, pastor alemán, labrador y golden", explica. Estos perros serán entrenados para buscar papel moneda, restos biológicos, drogas, explosivos, cadáveres sumergidos, personas… "Cualquier sustancia que asociemos".

Lo primero que tienen que hacer los perros para entrar en el cuerpo de la Guardia Civil es pasar una serie de pruebas para comprobar que están equilibrados física y mentalmente. "Buscamos perros que no tengan inseguridades, que carezcan de miedos y que tengan unos instintos de presa y caza elevado". Seguros de sí mismos y sin miedos, como un sabueso de Dashiell Hammett. Los perros que se incorporan a las pruebas vienen por diferentes vías. Algunos los compra la Guardia Civil, otros vienen por donaciones y también cuentan con su propio programa de cría.

Acompañamos a Tony a lo que parece un plató de televisión. Es una nave con diferentes decorados; habitaciones; cocinas; suelos pulcros; otros sucios... hay hasta un escenario de derrumbe fuera de la nave. "Entrenamos a los perros a encontrar cosas en distintos ámbitos. Tienen que estar preparados a distintos suelos y entornos. Si no, el perro se puede bloquear si busca en un lugar muy distinto para él".

Fases de adiestramiento

Una vez que los perros pasan las pruebas, comienza la primera fase de su adiestramiento. "Cada perro es asignado a un guía que se encarga de su entrenamiento. Todo adiestramiento empieza con la creación de un vínculo guía-perro, una relación emocional de colaboración que es fundamental. No es que sea importante, es que, bajo mi punto de vista, es imprescindible. Sin él, no tendríamos éxito".

Senior, el perro de Tony, ha participado en un operativo de defensa al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y en reconocimientos preventivos en busca de posibles aparatos explosivos. En el campo en el que se trabaja la obediencia, Senior demuestra que, si su guía se lo pide, se tiraría por un barranco. La lealtad es total. La segunda fase del adiestramiento consiste, precisamente, en la obediencia. "Deben tener unos comandos de obediencia básicos: una llamada, una permanencia, una marcha junto a su guía, una suelta en condiciones…".

"Hay programas, como el 'encantador de perros', que tiene cosas utilizables, pero no todo. El problema es que hoy en día cualquiera ve los documentales o programas de este hombre y ya se cree adiestrador de perros. Es mucho más complejo que todo eso", denuncia este Guardia Civil.

Con eso establecido se pasa a la última fase, el adiestramiento en detección. "Es cuando le decimos al perro qué sustancias queremos que nos busque por un proceso denominado asociación. Asociamos la sustancia que queremos que detecte con un estímulo positivo (comida o juguete). Les enseñamos también el comportamiento de indicación o marcaje. Cuando encuentren la sustancia nos va a ofrecer un comportamiento: sentado, congelado, tumbado o ladrando".

Los perros se construyen en positivo. "Esto significa que reforzamos comportamientos correctos, no utilizamos nunca el castigo. Un perro que trabaja por evitación es inseguro y se va a derrumbar como un castillo de naipes. Solamente hay castigo verbal ('¡no!') si no se produce el comportamiento requerido".

Tony pone a prueba a su perro ante los ojos de este periódico. Hay una bomba lapa escondida en la rueda de un coche en una fila de 7 vehículos. Senior, en poco más de 20 segundos, encuentra la bomba en el neumático. Ni Philip Marlowe en sus mejores años sería igual de rápido.

El retiro del héroe

"El adiestramiento nunca se acaba. Es un proceso que dura toda la vida. Pero sí es cierto que desde que se le recluta hasta que puede ser operativo pasan unos 6-7 meses". Estos agentes no tienen una fecha concreta de jubilación, "depende de cada perro. Ocurre cuando disminuye su poder olfativo. Suele tener lugar entre los 8 o 9 años y medio". Cuando se jubilan o los adoptan los propios guías o son adoptados por familias seleccionadas para que estos héroes pasen su retiro en perfectas condiciones, tal como se merecen.

Platón creía que los seres humanos que se portaban mal en la vida se reencarnaban en animales, mientras que los que lo hacían bien su alma ascendía al cosmos. Quien lo diría contemplando tan nobles seres como estos rastreadores, capaces de las mayores hazañas por un rato de juego.

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