El policía que atropelló a tres peatones en Palma no frenó hasta que golpeó contra el bordillo

El atestado de la Guardia Civil sobre el accidente del Paseo Sagrera indica que el vehículo policial circulaba a 87 kilómetros por hora, «una velocidad excesiva e inadecuada para las condiciones de la vía»

Sucesos 22/08/2022 GDH Digital GDH Digital
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Agentes de la Guardia Civil de Tráfico inspeccionan el lugar del accidente, en el Paseo Sagrera.

El coche patrulla de la Policía Local de Palma que en la madrugada del 2 de junio atropelló a tres peatones en el Paseo Sagrera, causando la muerte de uno y heridas a los otros dos, llegó a circular a 87 kilómetros por hora, pese a que la vía tiene una limitación de 20 kilómetros hora, y no frenó hasta que golpeó contra el bordillo y se subió a la acera. Esta velocidad, «excesiva e inadecuada para el trazado y las condiciones de la vía», fue determinante en el siniestro mortal. Es una de la conclusiones a las que llega la Guardia Civil de Tráfico en el atestado que entregó recientemente al juzgado que instruye el caso.

En su informe los investigadores descartan que la calzada estuviera mojada, como manifestó el agente que conducía, o que se hubiera detectado alguna deficiencia previa en el vehículo, si bien hacen constar que llevaba neumáticos de distinta marca en el eje delantero, «contraviniendo las recomendaciones de los fabricantes».

El accidente ocurrió a las doce y media de la madrugada del pasado 2 de junio en el Paseo Sagrera de Palma. Un coche patrulla de la Policía Local perdió el control cuando trataba de incorporarse al Paseo Marítimo y arrolló a tres peatones que caminaban por la acera. Uno de ellos, el italiano Mario Decandia, de 37 años, falleció, mientras que sus acompañantes, una joven polaca de 29 años y un suizo de 26, resultaron heridos.

En el coche patrulla iban dos miembros de la Policía Local. El conductor, un agente de 43 años y con 18 años de experiencia en el cuerpo, declaró que había sido requerido por varios ciudadanos, que habían presenciado una disputa en la Plaza de la Reina y que habían arrojado a una mujer de un vehículo en marcha. Dijo que emprendió la persecución de los sospechosos y que en la intersección del Paseo Sagrera con la calle Consolat su coche patinó porque el pavimento empedrado estaba mojado, y que no se dio cuenta de la situación de peligro hasta ese momento. Añadió que habitualmente no patrulla por esa zona, por lo que no la conoce bien. También dijo que a posteriori tuvo conocimiento de que se había detectado alguna anomalía en los neumáticos del coche en los días previos al siniestro.

Su acompañante confirmó que habían salido en persecución de un vehículo de donde habían tirado a una mujer y que iban a una velocidad superior a la permitida cuando se dieron cuenta de que la vía no seguía recta. Impactaron contra el bordillo, se subieron a la acera y arrollaron a los peatones.

La Policía Local de Palma inició la investigación sobre el accidente y sometió al conductor a una prueba de alcoholemia, que dio un resultado 0,0. Días después, el juzgado, que investiga al policía por los delitos de homicidio y lesiones imprudentes, ordenó a la Guardia Civil de Tráfico que asumiera la investigación.

87 kilómetros por hora

La Guardia Civil entregó recientemente al juzgado su atestado, en el que se incluyen varias de las diligencias realizadas inicialmente por la Policía Local. Este informe recoge las declaraciones de varios testigos, que recuerdan que la calzada no estaba mojada antes del accidente, aunque tras el impacto se activaron los aspersores de la zona ajardinada.

Los investigadores sometieron a un minucioso examen al vehículo policial, un Seat Altea, y realizaron una inspección ocular en el lugar del siniestro. Entre sus conclusiones recogen que el pavimento del Paseo Sagrera estaba en buen estado, aunque en el tramo de la calle Consolat su estado es regular, al estar constituido por piedra pulida, con menor capacidad de agarre. Las dos vías estaban secas en el momento del accidente.

El EDR (Registro de Datos y Eventos, una especie de caja negra del vehículo) reveló que el coche policial llegó a circular a 87 kilómetros por hora por el Paseo Sagrera, pese a que la vía tiene una limitación de 20 kilómetros por hora. El conductor no frenó hasta que golpeó contra el bordillo de la acera.

El conductor había puesto en marcha las señales luminosas, pero no las acústicas. Esta circunstancia propició que los peatones, que daban la espalda al vehículo, no se percataran de su proximidad hasta que fue demasiado tarde. La Guardia Civil considera también que el hecho de que el conductor reconociera que no conocía suficientemente la zona debería haberle hecho aumentar la precaución al conducir un coche en un servicio urgente.

El informe de la Guardia Civil concluye que la «velocidad excesiva e inadecuada para las condiciones de la vía» fue determinante. Recuerdan que el conductor «debe estar en todo momento en condiciones de controlar su vehículo para garantizar su seguridad y la de los otros usuarios de la vía».

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