Driss, el marroquí que pegó a un guardia civil en Madrid: “No voy a dejar a Vox comandar el pueblo”

Este ciudadano marroquí ha ingresado en un psiquiátrico: "Trabajo en el Ayuntamiento de Chapinería, subvencionado por Vox, y quieren matarme".

Guardia Civil 14/05/2022 GDH Digital GDH Digital
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Driss solía liarla en Chapinería, cada vez que ponía un pie en la calle, pero también le gustaba caldear el ambiente en las redes sociales a la vista del vídeo que ha llegado a manos de la Benemérita: "Hay que morir siempre con la verdad, me suda la polla, no te jode: no voy a dejar que los de Vox vengan aquí, a comandar el pueblo, a amenazarme. ¿Amenazarme los de Vox? No tenéis estudios los de Vox: ¡Ignorantes! A mí no me amenaza nadie: ¡Chapineros 'enchufaos'! ¿Me va a venir a amenazar la Guardia Civil o la Policía Nacional?"

En esta publicación de Instagram, Dris pone de manifiesto una cuestión que estaba detrás de muchos de los incidentes que había protagonizado hasta ahora en este pueblecito de la Sierra Oeste de Madrid. Así lo apunta una fuente de la Guardia Civil: "Era conocido por su mala conducta, la mayoría de los conflictos en los que estaba en vuelto los achacaba a temas de racismo". De hecho, en la citada red social aparece ocultando su rostro con una capucha, una braga y unos auriculares, mientras profiere todo tipo de disparates cargados de odio.

"El que pise mi terreno, partidarios y activistas de Vox, por mis muertos que vamos todos con Alá, con Buda, con Dios… Yo, como hijo de inmigrante, de padres cotizadores en este país, me están robando mis derechos: ¡Retienen mi puta documentación y mi pasaporte en vigor! Trabajo en el Ayuntamiento de Chapinería, subvencionado por Vox, y quieren matarme. ¡Mi familia está embrujada! Nadie me cree porque dice que estoy loco y ni el ministro me contesta: ¡Ignorantes, Racistas!", tal y como prosigue en su 'speech' alocado y plagado de insultos.

El contenido de este vídeo también evidencia el motivo por el que Driss ha terminado en la Unidad Psiquiátrica del Hospital de Móstoles. A sus 27 años, este marroquí era una bomba de relojería si seguía suelto por la calle. Su caso pone el foco en el auge de los problemas de salud mental que se está registrando entre los adolescentes del país: el Barómetro Vida y Salud de la FAD (Fundación de Ayuda contra la Drogadicción) alerta de que en la población de entre 15 y 29 años, hay dos millones de jóvenes en España que han sufrido algún síntoma de trastorno mental durante el último año.

Driss entra dentro de esa estadística y de la última encuesta nacional de salud que cifra en un 15,4% la población de Madrid, en riesgo de mala salud mental, a partir de los 15 años en adelante. La mejor prueba de ello es el lío monumental que montó Driss antes de acabar evaluado psicológicamente. Todo ocurrió este domingo, en la plaza de la Constitución de Chapinería, cuando este marroquí, de 27 años, en primer lugar, intentó robar una bicicleta a un vecino; después, le propinó un bofetón a otro, y finalmente, agredió a una pareja de la Guardia Civil.

Tales hechos fueron filmados por varios testigos, y según la citada fuente del Instituto Armado, se presentan como el culmen de un historial plagado de supuestos delitos por robos con fuerza, violencia de género, coacciones y amenazas contra varios chapineros, incluida la propia alcaldesa, Lucía Moya. Detrás de esos antecedentes está el perfil de una persona que no controla sus emociones, ni sus impulsos, ni su agresividad, tal y como pone de manifiesto el primer vídeo tomado en la plaza de la Constitución que desencadenó la llamada vecinal al Instituto Armado.

En las imágenes, aparece Driss tras intentar robar una bicicleta, molestando a los clientes de la terraza de uno de los bares de este pueblo de 2.400 habitantes. "¡No veo, me han drogado!", grita este joven marroquí, mientras un cliente le recrimina su conducta: "¡Vete de aquí!" La respuesta de Driss, carente de sentido, es ponerse a hacer poses de artes marciales y acto seguido sentarse en una mesa. Una voz en 'off', la de la autora del vídeo, aclara a otro vecino lo que está pasando: "Hemos llamado a la Policía porque le ha pegado a José y le ha robado la bici".

La chica se queja de que la Policía tarda en llegar y le pide ayuda a otro vecino: "Ha robado la bicicleta y después la ha lanzado, tenemos que intentar que no se marche de aquí". Unos vehículos pasan por la plaza, y Driss, totalmente fuera de control, detiene una monovolumen, abre la puerta del copiloto, le grita, lo saca por la fuerza para pegarle un bofetón y tirarlo al suelo. De inmediato, sale el conductor para defender a su familiar y comienza a perseguir a Driss ante la mirada atónita de todos.  

El paso de los minutos parece horas. El conductor del vehículo persigue a Driss y este ciudadano marroquí se protege tras el vallado de una obra, justo antes de tratar de meterse en la monovolumen, lo que provoca un forcejeo con el propietario. "¡Está loco!", claman un par de vecinas, ante lo insólito de lo que está ocurriendo en la plaza del pueblo. Finalmente, una patrulla de la Guardia Civil se persona en la zona, pero eso solo contribuye a que este veinteañero se ponga más violento.

La mejor prueba de ello es que uno de los agentes trató de tranquilizar a Driss, debido a que portaba un arma blanca, y recibió como respuesta una llave: lo tiró al asfalto después de engancharlo por el cuello. "¡Le ha pegado al guardia!", gritan horrorizados unos testigos, lo que provoca que los agentes contraataquen golpeando con sus defensas al veinteañero.

Driss pierde el equilibrio al ser golpeado y varios vecinos, presos de la ira por la situación vivida, se lanzan a pegarle, protagonizando una escena de violencia que no tiene justificación alguna. Por suerte, los agentes tranquilizan a la gente y arrestan al veinteañero por atentado a agente de la autoridad. Una fuente de la Guardia Civil confirma cuál ha sido el destino de este ciudadano marroquí: "El detenido, con antecedentes penales por violencia de género, ha ingresado en un psiquiátrico".

EL ESPAÑOL ha llamado en varias ocasiones al Ayuntamiento de Chapinería para hablar con la alcaldesa, Lucía Moya, pero no ha obtenido respuesta. Este incidente ha provocado quejas de los vecinos y de la Asociación Jucil de la Guardia Civil "por la falta de efectivos" destinados en las zonas rurales de la Comunidad de Madrid. "Existe un déficit de 2.479 agentes", según recuerda este colectivo al Ministerio del Interior, ante la repercusión que han tenido los incidentes protagonizados por Driss en este pueblo.

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