Un ex escolta de la Guardia Civil: "Arriesgué mi vida para proteger a aquellos que ahora pactan con quien quiso asesinarlos"

"Ellos nos querían en una caja de pino a dos metros bajo tierra y tu, Pedro Sánchez, los has convertido en socios preferentes entregándoles a la Guardia Civil"

Opinión26/11/2022GDH DigitalGDH Digital
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Columna de opinión que nos envía un suscriptor.

El pacto de nuestro gobierno con "EH-Bildu" para conseguir el apoyo necesario y que salieran adelante los Presupuestos Generales del Estado que garantizaran la permanencia de Pedro Sánchez en la Moncloa, trajo aparejada una humillación, una más, para toda una Institución como es la Guardia Civil.

No les bastaban las continuas humillaciones que, con el beneplácito de Sánchez y su fiel escudero Marlaska, sufre la Guardia Civil y que van desde los permisivos homenajes a etarras con delitos de sangre a los "Ospa Eguna" que los proetarras hacen en Alsasua sin que nadie de este gobierno haga algo para evitarlo.

Los pactos con los independentistas radicales catalanes, han traído aparejada la expulsión de mis compañeros de la Guardia Civil de las aguas nacionales en esa comunidad autónoma, y ahora, un pacto con los pseudoterroristas de EH-Bildu, trae aparejada la expulsión de los compañeros de la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil en la Comunidad Foral de Navarra, algo que, como han apuntado desde la propia organización política (me duele llamarlo "partido político"), es solo un primer paso para la expulsión definitiva.

Esos pactos con los independentistas catalanes ya son de por sí vomitivos. Pero los pactos con los herederos de la banda terrorista ETA son cuanto menos aberrantes pues son los herederos que quienes han asesinado a más de 800 personas, de ellas, más de 200 compañeros de la Guardia Civil.

Yo he tenido varios destinos en mi vida profesional en la Guardia Civil, y uno de los que más me enorgullezco es el de haber prestado servicio como escolta de personalidades en el País Vasco en unos años que, si bien no fueron los años duros del terrorismo etarra, eran unos años en los que ETA seguía asesinando.

Me tocó proteger a miembros y cargos del Partido Popular en el País Vasco, a miembros de la judicatura vasca y, como no, a miembros y cargos del Partido Socialista del País Vasco. De mi época en esas tierras me queda el triste recuerdo de haber vivido, muy de cerca, el asesinato de Fernando Buesa, José Luís López de Lacalle, Juan María Jáuregui, etc.

Durante todo ese tiempo, mi familia residía en Santander porque me era imposible, por cuestiones obvias de seguridad, llevarlos conmigo al País Vasco, concretamente a San Sebastián.

En ese tiempo escapamos de alguna emboscada etarra, escapamos de alguna trampa que los miembros de ETA o sus colaboradores nos ponían (como el dejar en la puerta del domicilio del VIP un coche robado para ver si lo detectábamos y, en caso de no detectarlo, en 4 o 5 días lo cargaban de explosivos), y también a lo largo de ese tiempo soportamos insultos, vejaciones e intentos de agresiones a los que respondíamos anteponiendo nuestra integridad física para salvaguardar la del VIP al que protegíamos para que libremente pudiera seguir "disfrutando" de los derechos y libertades que todo español tienen garantizados.

Hoy, los pactos con los pseudoterroristas de ETA, me hacen volver la vista atrás para de manera incrédula y ver como aquellos socialistas a los que yo defendía incluso con mi propia vida, se sientan a negociar con aquellos que los querían, que nos querían, asesinar.

Asco, vergüenza, impotencia y una sensación interna de haber estado perdiendo el tiempo protegiendo a estos personajes, miembros del PSOE, el mismo PSOE que hoy olvida a sus asesinados, que se olvida del sufrimiento de todos los que, como en mi caso, hemos sufrido de cerca la barbarie terrorista.

Es incomprensible que aquellos que los querían asesinar, sean hoy sus socios preferentes de gobierno. Y es incomprensible que hoy, aquellos que aplaudían cada vez que un compañero mío caía asesinado, sean quienes decidan algo sobre la Guardia Civil.

La miseria moral de Pedro Sánchez es realmente incomprensible. Yo, que arriesgué mi propia vida por proteger y defender la libertad de cargos socialistas, siento asco, vergüenza, rencor y vómitos al ver cómo este gobierno no tiene pudor alguno a la hora de negociar con EH-Bildu. Vergüenza y asco al ver como los asesinos de sus compañeros de partido como Fernando Buesa, Juan María Jáuregui, etc., han salido ganando y hoy sean sus socios preferentes.

Ellos querían a mis compañeros y a sus propios compañeros del PSOE en una caja de pino a dos metros bajo tierra, y Sánchez les ha concedido el perdón y los ha nombrado socios preferentes dándoles todo lo que pidan, incluso entregándoles a la Guardia Civil, a cambio de mantener unos meses más su sillón en La Moncloa.

Siento asco, vergüenza, vómitos.... y pena. Mucha pena al tener la sensación de haber perdido el tiempo arriesgando mi vida para nada. Mucha pena, al ver cómo años después, los proetarras, los herederos de los asesinos de más de 200 compañeros míos de la Guardia Civil, han ganado "gracias" a este gobierno socialista y a sus socios independentistas y pseudoterroristas.

Un aforismo jurídico dice que "Iustitia est constants et perpetua voluntas ius suum cuique tribuere" ("La justicia es la constante y perpetua voluntad de dar a cada uno lo suyo") y a mi no me cabe duda, Pedro Sánchez, de que tarde o temprano la justicia (terrenal o divina) te dará lo tuyo.


José Ángel M. - Guardia Civil retirado "en acto de servicio" como consecuencia de atentado


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